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UN SAFARI EN REPÚBLICA AFRICANA
Yo estaba
muy emocionado porque salimos en vacaciones y nos iba a dar mucho tiempo para
observar con detalle a los animales salvajes. Justo en ese instante nos
encontramos con nuestra profe Isabel… ¡Nos alegramos un montón!
Entonces le dijimos en voz baja -
¡Hola Isabel!
-¡Hola! ¿A dónde van?
-A la
República Africana
-Bueno,
pues iremos juntos porque yo también voy allí
-¡Bieeeeen!-
gritamos a coro.
Ya teníamos
un nuevo miembro, así que aterrizamos.
Cuando llegamos al aeropuerto
contraté a un porteador, mientras, ellos decidían quien era el guía. Así que yo
pregunté:
-¿A quién
han contratado?
-Isabel se
ha ofrecido- dijo Guayre.
-¡Qué
bien!, por menos dinero más calidad.
En el aeropuerto alquilamos un jeep
muy guapo, sus colores eran el azul y el color fuego. Al rato ya estábamos
preparados: llevábamos una brújula, unos 3 pares de prismáticos, etc. Isabel
hasta lloraba de ilusión. Nos condujo mientras nos explicaba lo que estaba ante
nuestros ojos. Llegamos a una zona en la que ya ni había vegetación, Gabriel se
asustó un poco.
De repente
nos encontramos con una cueva que únicamente tenía una entrada. Por suerte en
la entrada cabía un jeep, así que entramos con el jeep en aquella cueva.
Entonces vimos una cámara llena de oro.
Luego,
yo fui llenando el jeep de oro. Nos fuimos como balas por si había alguna
trampa. Justo cuando el jeep había salido, la cueva se cerró.
Yo dije
suspirando: Por poco nos quedamos allí atrapados ¿verdad?
-Sí- dijo
Gabriel a la misma vez que los demás.
Entonces
seguimos nuestra trayectoria, vimos muchos animales como el leopardo o el león.
Joan
comentó:- Me gustan mucho los animales.
-¡A mí
también!- respondimos nosotros
-¿Qué tal
les parece si pongo música? preguntó Alejandro
-¡Por
nosotros vale!- gritamos a la vez.
Cuando se estaba haciendo de noche
montamos la tienda de campaña, los niños se fueron bañando mientras Isabel
hacía la cena. Como no teníamos ducha llenamos de agua una piscina de 1,50 metros, nos
pusimos el bañador y nos bañamos. Tras dos horas nos secamos y cenamos. Por la
noche pensé en todas las aventuras que había vivido y cómo le iba a contar a mi
padre la fascinante historia.
Al día
siguiente desayuné, me vestí, y fui al aeropuerto. Devolvimos el jeep, nos
subimos al avión y partimos. Cuando aterrizamos nos despedimos de Gabriel y de
Isabel que se iban juntos, mientras que todos los demás se fueron a mi casa.
Allí le contamos a mi padre palabra por palabra la historia de nuestro safari
en República Africana.
AUTOR: DANIEL SOSA
DOMÍNGUEZ.
3º A. C.E.I.P.
OROBAL
PROHIBIDA SU VENTA
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