La sala de psicomotricidad es el espacio ideal para que los niños y niñas
crezcan a partir del juego espontáneo. Porque el juego:
- Estimula
las habilidades y procesos cognitivos: atención, percepción y memoria, además
de la orientación espacio-temporal y el lenguaje.
- Fomenta la
toma de decisiones, la iniciativa, la solución de problemas, la planificación
de tareas, y la autorregulación.
- Facilita
el aprendizaje de recursos para comunicar sentimientos, convivir en un espacio
motivador y buscar herramientas para manejarse en el grupo de iguales que le
preparan para convivir en otros contextos sociales.
En
definitiva, la práctica psicomotriz, parte del juego del niño y favorece la
experimentación proporcionando nuevas oportunidades de aprendizaje.
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